La fotografía a nivel publicitario es una de las herramientas más utilizadas en cualquier estrategia de marketing. Versatilidad según el uso, costo relativamente asequible y polivalencia en cuanto a medios, son diversos valores que la convierten en una pieza clave dentro de una campaña de marketing.
Al analizar detenidamente la fotografía publicitaria, se puede entender su importancia. Mientras que una imagen cuyo uso final sea de tipo informativo debe ser fiel a la realidad, la publicitaria puede permitirse ser retocada o destacar de forma consciente ciertos puntos para que el público quede impactado por la fotografía y, consecuentemente, tenga un recuerdo inconsciente de la marca.
Esta manipulación consciente de la imagen es lo que diferencia ese aspecto publicitario. El fotógrafo pretende mostrar un mundo creado por la marca, que debe seducir al futuro cliente, haciendo que su cerebro conecte esa marca a ese mundo.
Obviamente, este es un caso extremo, pero en mayor o menor medida se trata de eso: realzar aspectos (externos o internos, según el branding) que coloquen adecuadamente nuestro producto en la escala de necesidades del target. Esa funcionalidad de la imagen no significa que tenga que estar privada de conceptos artísticos; al revés, el mayor logro de un fotógrafo publicitario consiste en aunar un look estético sugerente, con un mensaje claro de marketing.
En definitiva, la fotografía debe ser considerada uno de los puntales sobre el que una compañía debe apoyar su estrategia de marketing, teniendo en cuenta que una imagen con un mensaje atractivo puede ser sinónimo de ventas.
Un abrazo.