Steadycam es un término compuesto de origen anglosajón que, literalmente, significa “cámara estableâ€. Aunque ahora es una vocablo que paulatinamente está colonizando el ámbito doméstico gracias especialmente a sistemas varios de estabilización de imagen en smartphones de alta gama como el iPhone de Apple, lo cierto es que nos encontramos ante un invento que hunde sus raíces en la década de los años setenta del siglo pasado y que ha sido esencial en la evolución tanto del cine como de la televisión.
Garret Brown fue el responsable de este invento allá por 1976 y precisamente “Steadicam†fue la primera denominación comercial del primer estabilizador de cámara.
La intención de Brown era evidente: estabilizar al máximo posible las imágenes captadas por el operador minimizando sus inevitables movimientos. Para ello ideó un sistema de brazo recto en suspensión en ocasiones complementado con un segundo brazo adosado a un chaleco que facilita las tomas largas dado que el peso de la cámara es conducido de esta forma desde los brazos del operador hasta sus caderas.
Entre las ventajas de la steadycam, además de la evidente estabilización de la imagen, también destaca que permitió comenzar a mostrar las imágenes similares al ángulo de visión del cámara y, a su vez, facilitó el abandono del anterior, aparatoso y caro sistema travelling, un aspecto éste decisivo para su expansión.
El mismo año de su invención, la steadycam fue puesta en uso en el film de Hal Ashby Bound for Glory. Los resultados se tradujeron en auténtica revolución para el sector y ese mismo año fue utilizada en las películas Marathon Man y Rocky. Pero la verdadera gloria y empuje le llegó a la steadycam de la mano de Stanley Kubrick y su obra maestra El Resplandor, adaptación de la novela homónima escrita por Stephen King, en 1980. Desde ese momento la steadycam se popularizó rápidamente en la industria del cine y la televisión siendo un instrumento aún utilizado, aunque con mejoras, en la actualidad.
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