Cuando una empresa o institución decide que ha llegado el momento de realizar un vídeo corporativo es por un motivo básico y esencial: pretende darse a conocer y ampliar su visibilidad de tal forma que le permita expandir su base de clientes potenciales. Para ello será imprescindible llegar al máximo volumen de público posible y éste, también incluye a las personas con problemas de audición y/o visión.
Para llegar también a estas personas existe el subtitulado para sordos y audiodescripción para ciegos. Con el uso de estas técnicas no sólo se logrará transmitir el mensaje a estos espectadores si no que también mejorará considerablemente la imagen de la compañía mostrando un elevado grado de sensibilidad, empatía y compromiso social hacia las personas que sufren algún tipo de discapacidad.
El subtitulado para sordos está dirigido a toda aquella persona que padece cualquier tipo de discapacidad que le impide escuchar correctamente, no ha de ser sordo absoluto necesariamente, y en esencia consiste en la transcripción de diálogos y sonidos en pantalla de tal forma que el espectador pueda leer lo que hablan los personajes o saber cuando suena un timbre en su serie preferida. Además, para identificar claramente a cada uno de los personajes sus transcripciones aparecen diferenciadas en colores.
Por lo que respecta a la audiodescripción para invidentes, consiste en la descripción a través de una voz en off de todo cuanto sucede en pantalla más allá de los diálogos y sonidos por ejemplo, cuando un personaje abre una puerta, ayudando así a todo aquel que padezca problemas considerable de visión a comprender aquello que se está transmitiendo.
Ambas técnicas son costosas y requieren de un gran esfuerzo profesional por lo que suponen, como ya decíamos, un importantísimo valor añadido a la imagen proyectada de toda empresa o institución.