Se suele pensar (en el ámbito audiovisual) que si apareces en el rodaje de un vídeo o en una sesión fotográfica profesional con mil artilugios tecnológicos, es seguro que vas a hacer un trabajo magnífico. En muchas ocasiones podemos estar equivocados, ya que una persona que tenga como armas una simple cámara réflex y un reflector (y sepa utilizarlos) puede conseguir resultados mucho más satisfactorios.
No queremos decir con esto que la tecnología y gozar de material audiovisual adecuado no te vaya ayudar, pero la profesionalidad de una producción audiovisual no sólo se basa en eso.
Concebimos la llegada a niveles de calidad profesionales como una gran escalera llena de peldaños. Cada uno de ellos es una habilidad. Por ejemplo, el equipo técnico, sería un peldaño dentro de esa gran escalera. Hay muchos que nosotros consideramos importantes: Un conocimiento de iluminación, manejo de programas de postproducción para fotografía y video profesional, experiencia, tener buenas recomendaciones, trato adecuado con tus clientes, aprender de errores o aceptar críticas, serían algunos de esos pequeños escalones que hay que salvar. Cuanto más conocimiento y experiencia se tenga delante y detrás de las cámaras, se logrará un mejor y más profesional acabado en todos los sentidos.
Nos gustaría resaltar el punto de aceptar las críticas. Es sin duda uno de los más complicados. Aprender a discernir entre algo personal y el trabajo debería ser una máxima. Si alguien critica negativamente un trabajo audiovisual, una fotografía o cualquier labor en general no se debe tomar como algo personal, ha de transformarse en un juicio constructivo para la mejora profesional.
Aprender de los errores y mejorar constantemente son claves esenciales. Seguro que en la próxima producción audiovisual habrá un peldaño penos que escalar.
Un abrazo.