Cuando hablamos de técnicas audiovisuales, especialmente en lo referido a la producción de videos de carácter publicitario, a menudo surge una cuestión que también es común a muchas otras ramas profesionales: ¿cuál es la vía más adecuada, la especialización o la diversificación?
La producción audiovisual ha experimenta una vertiginosa evolución, especialmente desde finales de los años noventa e inicios de los dos mil, al amparo del desarrollo informático y digital, la aparición de nuevas y sorprendentes técnicas de producción y edición, la existencia de nuevos soportes y canales de difusión e incluso la proliferación de dispositivo que, si bien ahora forman parte de nuestro día a día, hace menos de una década tan sólo podíamos calificarlos como propios de la ciencia ficción, los smartphones, las tablets o los relojes inteligentes.
Todo ello en su conjunto ha facilitado el incremento de las técnicas audiovisuales, tanto a nivel cuantitativo como a nivel cualitativo, aplicadas además a todo tipo de producciones, desde el cine o las series de televisión hasta la creación de una amplia gama de videos corporativos, sin olvidarnos de video clips e incluso de los más tradicionales anuncios para la televisión.
A su vez, la demanda de profesionales que dominan las técnicas audiovisuales se ha disparado, pero también lo ha hecho el número existente de estos profesionales. El nivel de formación entre todos ellos es cada vez de mayor calidad, y la competencia entre los mismo, también en cada día mayor. En consecuencia, se hace necesario contar con un valor añadido que permita a un candidato destacar entre la competencia laboral.
Evidentemente, la diversificación es la base, saber manejar las diferentes técnicas audiovisuales utilizadas en la actualidad te abrirá las puertas de muchas agencias y productoras sin embargo, especializarte en una determinada técnica como el motion graphics o la realidad aumentada, facilitará que tu seas el candidato perfecto para muchas de estas empresas.