En anteriores post hablábamos sobre los mejores ilustradores de moda, viendo sus diversos y creativos trabajos. Ilustradores que han pasado por un proceso de aprendizaje, trabajo y reconocimiento pero aún quedan muchos escondidos en la sociedad que, poco a poco, van haciéndose hueco con sus obras. Obras que aún no son reconocidas internacionalmente pero ante las cuales las personas reaccionan de una forma muy emocional. Es el objetivo de todo gran ilustrador: trasmitir sensaciones a través de sus obras y poder llegar a la gente. Pero más mérito cabe si la herramienta que se utiliza es simplemente un bolígrafo.
Es el caso de la artista noruega Thea Nordal Vågan, cuyas ilustraciones se convierten en auténticas obras de arte gracias a un bolígrafo.
Tras sus inicios como ilustradora, decidió crear imágenes complejas pero utilizando el mínimo material. Tras un largo proceso de aprendizaje y de pruebas llegó su momento clave: descubrió que un gran conjunto de líneas pueden ofrecer relieves, detalles, profundidad y sombras, donde todo en conjunto puede ser una increíble obra vista desde cualquier ángulo, ya que si la vemos desde lejos, veremos el todo, el conjunto de estas pequeñas y aparentemente insignificantes líneas, pero si nos acercamos, veremos cada uno de estos detalles, cada línea y su lugar preciso, su lugar exacto, formando parte de ese todo.
Muchos ilustradores tienen su marca, su nota de diferenciación. E introducir sus trabajos en nuestra marca puede llevarnos a obtener un alto beneficio. Una ilustración marca la diferencia, sobre todo si su aplicación a nuestra marca se ha hecho de forma ingeniosa y se ha sabido posicionar.
Y con las obras de Thea Nordal comprobamos, una vez más, que el arte innato de ciertas personas hace que los productos se propaguen por sí solos.