Del mismo modo que no existen dos presupuestos de vídeos corporativos iguales tampoco existen dos vídeos iguales. Dependiendo de las particularidades de cada empresa, se requerirá un vídeo orientado a sus circunstancias, y por estas, el presupuesto será mayor o menor. Para entender en qué se invierte cada partida lo mejor es tener en cuenta las diferentes partes del proceso de producción.
En la fase de preproducción se incluye el coste de la elaboración de la idea y del guión, contacto y coordinación con los profesionales que participarán, además de los servicios prestados por la productora en cuanto a trámites de la grabación. En la fase de producción hay que considerar más elementos al tratarse ya de la grabación en sí. Para empezar el número de días de rodaje del vídeo corporativo es un factor determinante del precio final. En esta fase los principales costes recaen sobre el equipo técnico y el equipo humano, que aparte de los implicados en la grabación pueden incluir al locutor de la voz en off. En este caso también habrá que contabilizar el alquiler del estudio de grabación, aunque es claro el abaratamiento de los costes en este apartado, por el acceso de profesionales freelance a equipos de locución profesionales.
Por lo general los vídeos corporativos suelen estar localizados en las instalaciones de la propia empresa por lo que no suele añadirse una inversión para el personal del departamento artístico ni para los materiales de decoración o escenografía. En la fase de postproducción también hay partidas destinadas al equipo humano y al equipo técnico o, en su defecto, al alquiler de las salas donde se llevarán a cabo los procesos de edición de imagen y sonido, los retoques digitales, los efectos especiales, etc.
Por último, no hay que olvidarse del coste que supone el soporte en el que se entregará el vídeo corporativo a la empresa y el número de copias y formatos solicitadas por ésta.
Un abrazo.